El Agua no Para

Las tormentas estancadas se caracterizan por moverse lentamente, generando lluvias muy intensas y focalizadas, con precipitaciones que pueden alcanzar hasta 800 mm en poco tiempo. Cuando esto ocurre, el suelo no logra absorber tanta agua, y si la zona ha sufrido incendios o sequías prolongadas, se impermeabiliza, formando torrentes que desbordan ríos y embalses. En regiones montañosas, estos torrentes corren cuesta abajo ganando velocidad y arrasando con todo a su paso y causando graves daños cuando alcanzan áreas urbanas.

En 2024, en el estado de Rio Grande do Sul (Brasil) se registraron precipitaciones de hasta 800 mm

En octubre, Valencia (España) sufrió una tormenta DANA con 780 mm en 14 horas.

En marzo de 2025, Bahía Blanca, Argentina, recibió entre 350 y 400 mm en menos de 8 horas, superando 250 mm solo en la mañana.

Este fenómeno también se observa en huracanes del Hemisferio Norte, que ahora son más rápidos y potentes, con vientos que incrementa su velocidad de 250 a 350 km/h al tocar tierra.

Aunque la temporada actual muestra calma, se teme la aparición de eventos severos debido a aguas más cálidas en grandes superficies marinas, comparativamente el Golfo de México tiene 1.550.000 km², el Mar Caribe 2.763.800 km², siendo éste mayor que el Mar Mediterráneo con 2.510.000 km² donde también se desarrollan poderosas tormentas cuando sus aguas alcanzan los 31 °C, dificultando pronósticos incluso los realizados con la asistencia de inteligencia artificial que tiene como desafío anticipar el accionar de la inteligencia natural.