Preocupante: las temperaturas del Ártico siguen calentándose tres veces más deprisa que las del planeta en su conjunto, las regiones polares eran, y siguen siendo, demasiado frías y secas para que se formen nubes que absorban la humedad. Cuando precipitaba, lo hacía en forma de nieve.
Hace veinte años, las precipitaciones anuales en el Ártico oscilaban entre unos 10 centímetros en las zonas meridionales y tan sólo 2 centímetros o menos en el extremo septentrional, la lluvia en el Ártico antes era muy rara, ahora es cada vez más frecuente.
A medida que la región se calienta, los fenómenos de lluvia sobre nieve son cada vez más frecuentes. Las lluvias aceleran la pérdida de hielo, provocan inundaciones, corrimientos de tierras y avalanchas, estos cambios tendrán profundas repercusiones en el hielo marino, los glaciares y el casquete glaciar de Groenlandia, que ya se están derritiendo a un ritmo sin precedentes.
Uno de los factores que más influyen es el llamado “albedo”, que determina la proporción de radiación que refleja una superficie. En sitios cubiertos por hielo o nieve, la mayor parte de la radiación que llega a la superficie es reflejada. En cambio, en otras zonas (más oscuras) donde no ocurre esto el calor que llega es absorbido por la Tierra, aumentando las temperaturas. Europa está en el hemisferio norte, y cuanto más cerca del polo norte, del Ártico, más calentamiento, pues hay más cambios con el albedo.
En latitudes altas en las que tenías más superficies cubiertas por nieve o hielo, al desaparecer estas cambia el albedo y se calientan más rápidamente de lo que se calentaba antes.
Las emisiones de metano han aumentado casi un 10 % sobre los humedales del Ártico en los últimos 20 años. Si bien la ganadería es responsable de gran parte de las emisiones de metano, los humedales son la mayor fuente natural de la Tierra.
Resta esperar cómo se moverán las fichas en este solsticio de verano para el Hemisferio Norte sobre este tablero multidimensional en donde se combinan e interactúan muchos mundos que trabajan frente a una continua pérdida de recursos naturales los cuales, día a día, empiezan a mostrar signos de agotamiento y nula capacidad de recuperación ya que los tiempos en que se los consume no dejan espacio a su reposición dejando una clara evidencia de un comportamiento feroz y nada sustentable.