El Planeta ingresa al Perihelio a una Velocidad de 30.3 Kilómetros por segundo

Durante el Perihelio los Tiempos se Aceleran

El 4 de enero, ocurre el perihelio, es el momento en que la tierra se aproxima más cerca al sol y aumenta, considerablemente, su velocidad de traslación.

Estamos siendo transportados en una nave autosustentable de una generación y sofisticación sin precedentes, cuya magnitud todavía no podemos comprender del todo.

En el solsticio de verano para el hemisferio sur, el planeta aumenta su velocidad de traslación a 30.3 kilómetros por segundo, ingresando en la cercana curva elíptica de su circuito alrededor del Sol. En este punto, la Tierra se aproxima a 147 millones de kilómetros de su estrella, obedeciendo mandatos gravitacionales y geomagnéticos con una precisión asombrosa. Estos fenómenos manifiestan una sofisticación y escala que exceden cualquier límite de pensamiento, imaginación o percepción humana.

Este planeta no solo transporta a más de 8.000 millones de personas junto con sus pertenencias, propiedades, ciudades, vehículos y ejércitos, sino también a todos los océanos, continentes, selvas, ríos, cadenas montañosas y a cada ser viviente que habita en él.

Sin embargo, esta veloz y extraordinaria unidad biológica planetaria empieza a mostrar señales de alerta. La ciencia está registrando ciertos déficits en el mantenimiento y conservación del planeta que no estamos atendiendo con suficiente urgencia.

Para no ir tan lejos, el año 2024 fue el más caluroso de la historia reciente y uno de los peores en cuanto a eventos extremos.

Se contabilizaron en promedio 41 días de “calor peligroso”, junto con 219 grandes eventos extremos. Además, se estimó que las altas temperaturas del Atlántico aumentaron entre 200 y 500 veces la probabilidad de añadir humedad a las tormentas.

Las inundaciones en España, los huracanes en Estados Unidos, la sequía e incendios en el Amazonas, y las graves inundaciones en Sudán, Nigeria, Níger, Camerún y Chad son solo algunos ejemplos que evidencian la amenaza y tensión a las que se enfrenta todo el ecosistema global.

Todos estos pronósticos y variables empiezan a superar nuestra capacidad de predicción. A pesar de incorporar nuevas tecnologías, las referencias y antecedentes acumulados están perdiendo validez, ya que los comportamientos meteorológicos actuales no responden al conocimiento adquirido.

El sector agroindustrial también está sufriendo el impacto: la sequía meteorológica se ha multiplicado por diez, haciendo que la sequía agrícola sea aproximadamente 30 veces más probable. Además, la desertificación avanza rápidamente, ganando cada vez más terreno.

Pronosticar escenarios de esta complejidad genera más dudas que certezas. Los eventos extremos no solo aumentan en intensidad, sino también en velocidad, superando nuestros cálculos y capacidad de respuesta. Ejemplos recientes, como el huracán Helen o la tormenta DANA en Valencia (España), no solo provocaron centenares de víctimas, sino que también pusieron en jaque a los sistemas de predicción, evidenciando nuestras limitaciones frente a estos desafíos.

Mientras el planeta sigue su curso rumbo al equinoccio la brújula mental brilla por su ausencia.

Continuará

INFO: World Weather Attribution. Cuando los riesgos se convierten en realidad: fenómenos meteorológicos extremos en 2024.

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