Nuestro Sol es una enorme bola de gas extremadamente caliente cargado eléctricamente en su centro, allí donde el hidrógeno se fusiona para formar helio por medio de un proceso conocido como fusión nuclear, la temperatura supera los 15 millones de grados Celsius.
La energía creada por ese proceso se irradia en forma de luz y calor, dando lugar a esa estrella de mediano tamaño catalogada como estrella enana amarilla, aunque su color real sea blanco generando un potente campo magnético que tiene ciclos.
Cada ciclo se repite cada 11 años aproximadamente, en los que el campo magnético del Sol cambia completamente.
El ciclo solar es, básicamente el aumento y la disminución del campo magnético del Sol y el cambio de su polaridad. Esto significa que los polos norte y sur del Sol cambian de lugar, y tras otros 11 años, vuelven a su posición original. Desde 1755, año en que se empezaron a registrar, han ocurrido 25 ciclos solares, comenzando el último y actual en diciembre de 2020.
El jueves 3 de octubre se ha registrado una intensa llamarada solar clasificada X9, la más fuerte de este ciclo solar y la más intensa desde 2017.
El conteo de las manchas solares permite definir el inicio y el final de un ciclo solar.
Si el Sol se encuentra en su fase más activa, comienza a observarse mucha actividad en su superficie, evidenciada en explosiones masivas de energía llamadas erupciones o llamaradas solares y en ocasiones, se pueden desencadenar eyecciones de masa coronal o CME por sus siglas en inglés.
Una CME es una nube gigante de plasma solar empapada con líneas de campo magnético que es expulsada del Sol durante fuertes erupciones solares. Dependiendo de la ubicación de la erupción, la eyección podría o no alcanzar la Tierra, y la mayoría de las veces son dirigidas lejos de la Tierra.
Las llamaradas solares y las tormentas geomagnéticas pueden interferir con los suministros de electricidad y comunicaciones, por el potencial de daño en las redes eléctricas, en los enlaces por radio, los sistemas terrestres y satelitales de navegación, a la vez que representan riesgos para las naves espaciales y los astronautas.